EL CAMPO DE LA VERDAD

jueves, 10 de noviembre de 2011

MIGUEL DE CERVANTES

Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547,  no se sabe el día solo se sabe que a finales de setiembre o principios de octubre porque fue bautizado el 9 de octubre.
    Miguel fue uno de los menores de su casa, el sexto de siete hermanos y su familia tuvo muchos problemas económicos. El padre movía con frecuencia a la familia de un lugar a otro para conseguir mejores ingresos de dinero.
    A los 8 años entró en el colegio de los jesuitas, su padre quería que tuviera mejor educación porque sus hermanas  sabían leer.
    A los 16 años todavía iba a la escuela y le gustaba mucho leer y ver representaciones de teatro.
     No se sabe si Miguel fue a la universidad lo que si se sabe es que  era un hombre muy culto.
    A los 22 años se hizo soldado, cuando España estaba luchando con los moros y en la batalla de el Lepanto donde Miguel recibió muchas heridas, una de ellas fue que perdió su mano izquierda. Por aquella época lo llamaron el “manco de Lepanto”.
    En aquella época ya había escrito algunos poemas.
    De regreso a casa, su barco se extravió en una tormenta, y Miguel y su hermano Rodrigo cayeron prisioneros y fueron hechos esclavos. Varias veces trataron de escaparse y no lo consiguieron, su familia reunió dinero para el rescate y finalmente tras 5 años de esclavitud pudieron volver a España.
    A los 33 años se casó con Catalina y más o menos en ésa misma época terminó de escribir su primera obra importante “La Galatea”, la cual tuvo muy buena acogida y por ella recibió algún dinero, pero en general su situación económica no mejoró. Sus obras no eran muy populares y lo que escribió en es época se perdió para siempre.
     Miguel realizó muchos trabajos pero en ninguno tuvo suerte. Sus fianzas cada vez aumentaban más. Se cree que para ese momento ya había empezado a escribir la 1ª parte de su obra más famosa “El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha”. Esta obra fue publicada en el año 1605 cuando Miguel tenía 58 años. Diez años después terminó de escribir la 2ª parte y para ese momento ya habían hecho traducciones al inglés y al francés de la 1ª parte.
    Murió a los 79 años y contrario a su principal personaje, Don Quijote, Miguel nunca pudo escapar de su destino de hidalgo y soldado pobre.       
                                            





Don Quijote de la Mancha

Érase una vez en un lugar de la Mancha, cuyo nombre me quiero acordar, un hombre llamado don Quijote, que estaba fascinando con los caballeros andantes de la España antigua. A Don Quijote le encantaba a leer los libros sobre sus aventuras y vendió una parte de su tierra a comprar más libros sobre los caballeros andantes. Tanto de noche como de día, él ponderaba en los actos antiguos de valor hasta que él perdió su juicio. Las hazañas increíbles de los caballeros andantes y los gigantes fueron más verdaderas a don Quijote que su propio mundo. Él creía que para su honor y el de su país, debía ser un caballero andante y por esa misma razón, vengaba todos los actos malos.

Entonces, don Quijote se preparaba por la vida de un caballero andante. Sin una palabra, don Quijote de la Mancha montó su caballo fiel se llama Rocinante y salía a vengar todos los actos malos y protegera las damas.No obstante, primero fue necesario ser armado un caballero andante verdadero. Él resolvió a ser armado de la primera persona que le encontró. Don Quijote montó hasta la noche cuando vino a una venta.


Al excéntrico don Quijote, la venta fue un castillo y el ventero y los huéspedes parecían como señores y señoritas. A ellos, don Quijote fue un loco, pero ellos le recibió con amabilidad y el ventero se acordó a amarle un caballero andante "verdadero" si él podía guardar su propia armadura hasta la mañana. Poniendo su armadura a una artesa de aguadon Quijote marchó enfrentándola. Todo estaba bien hasta que un mozo vino a recibir agua por sus mulas. Enfadaba del disturbio, don Quijote dio un golpe al hombre. Los otros huéspedes, se despertaron del ruido, empezaron a lanzar las piedras a don Quijote. El ventero paró las piedras, pero tuvo ganas de estar terminado de su huésped inusual. Como un resultado, en una ceremonia breve, él fingió a armar don Quijote y le avisó a revolver a La Mancha y traer un poco dinero, algunas camisas limpias, y un escudero a llevarlos.
Celia y Rául.







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